Con 8 años decidió que el fútbol sería solo una pasión y que
lo suyo era el pádel...
Se saltó ese ADN familiar en la práctica pero no en el
sentimiento. Su bisabuelo, Eduardo de Acha, fue el fundador del Atlético
Aviación (actual Atlético de Madrid) y segundo presidente del club. Su padre,
Bernardo Salazar, es un ‘colchonero’ de pro y un historiador futbolístico de
primer nivel. Ella se confiesa “muy del Barça, aunque quiero que el Atleti
llegue lo más lejos posible en esta Champions. Es difícil remontar pero yo hago
mío ese ‘nunca dejes de creer’ para todo y me reconozco en esa filosofía”.
Alejandra, con su alma futbolera, optó por la pala. “Soy de
las pocas que no viene del tenis -explica- y desde muy niña me enamoré de este
deporte. Las he vivido de todos los colores, con lesiones graves y enfermedades
que me lo han puesto muy difícil. Las adversidades me han hecho fuerte. Y aquí
estoy, luchando por mantener ese número uno del mundo que conseguí el año
pasado”. Y añade que “el pádel me lo ha dado todo. Soy una privilegiada porque
me gano la vida haciendo lo que más me gusta”.
Siempre en movimiento, Alejandra Salazar va y viene de Madrid a
Barcelona con su DS3 Le Make Up by Givenchy, la firma automovilística de la que
es embajadora, donde vive su compañera Marta Marrero. “Si mi coche hablara, lo
contaría todo porque es el que más cosas sabe de mí -asegura riendo-. Me pasó
media vida en él, me encanta conducir y este modelo se ha convertido en mi otro
compañero imprescindible”. Podría estar “horas y horas en la carretera. Cuando
tengo un día libre, me escapo a la playa para desconectar”. Pero ahora, el
pádel ocupa todo su tiempo. También se reconoce en ese “enganche que tiene este
deporte, es como una droga. Y ya no es una moda. Se ha estabilizado en el
tiempo, es el segundo deporte más practicado en España y una excelente manera
de conocer gente, socializar, divertirte y estar en forma”.
Con el ‘9’ como número fetiche -”ya lo llevaban mis hermanos
en la camiseta y yo lo tengo hasta en la dirección de correo electrónico”-,
Alejandra Salazar multiplica por mil su pasión por lo que hace y también otro
de sus mantras: “vive el momento y disfruta de lo que la vida te dé”. A ella
nadie le ha regalado nada. Se lo ha ganado todo dejándose la salud y la vida
personal. Es una guerrera y una luchadora. Le viene de familia.
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